viernes, 8 de septiembre de 2017

Azabache.

Me gustaría acariciarte el cabello
y el almita cada mañana.
"Feliz cumpleaños princesa,
pide un deseo",
y si te miro apenas me dicen eso... ¿sabrías qué es lo que quiero?
Mi proyecto de vida tiene tu nombre
más veces de las que tiene el mío,
contigo me siento segura,
sin ti me siento como un pajarito acostumbrado a volar
y que ahora,
tiene las alas quebradas.
"Quiero dibujarlo", mi corazón gritó en el instante en el que entraste a la sala,
suspiro, y después de verte tan desperdiciado y besado llego a la conclusión de que yo también.
Nudillos de artista,
y los usas para "golpear imbéciles", dices
¿Entonces por qué nunca me has golpeado a mí?
Y es que quizá para cada ser triste, inseguro, rencoroso y acomplejado
debería existir un sol como tú,
para que lo ilumine, lo queme
o le derrita los miedos.
"Mi cielo, vámonos a Venecia la semana que viene",
"-¿Me acompañas a la esquina?
-Vale, pero tómame fuerte de la mano porque o si no soy yo el que se pierde".
Eres las gafas que siempre he necesitado,
el avioncito de papel al cual me subo
a ver si así despego los pies de la tierra,
eres mi película infantil favorita
después de ver una de terror.
Me preguntaron qué cosas me gustaría hacer antes de los veinticinco,
una soñadora dijo que tendría su propia película en Hollywood;
una valiente, que sería revolucionaria;
una artista dijo que se suicidaría cuando los cumpliera;
y yo sólo pensaba: ser tan fuerte como tú, no creo que nadie lo logre.
Ven, mi niño,
¿y si tocas la guitarra mientras te leo los horribles poemas que hago?
Digo, para ver si me inspiro
con la musica,
o al ver tus manos acariciando las cuerdas.
Mamá, creo que ya encontré a alguien que me bese las mejillas
cuando las tenga frías,
"¿Y entonces por qué lloras, cariño?"
Porque me tiene al frente
y sigue buscando.



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